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La parte dolorosa

ANÁLISIS :    “DE BIOLOGÍA DIRÍAMOS QUE NADA”

   

Es de mi agrado, hacer una pequeño y por que no, exhaustivo análisis  de mi relato autobiográfico. Destaco que durante mi adolescencia, el ambiente familiar, en el que estuve inserto, sobresalió y fue de gran influencia sobre mi vida, que se desenvolvió en un ambiente netamente rural. Todo se fue sobrellevando por una gran decisión en el ámbito personal como era el hecho de tener que elegir la escuela secundaria entre dos opciones perfectamente marcadas que consistían, entre estudiar o dedicación total al trabajo rural, en Pocito. Dentro de éste contexto,confluían el vergonzoso gobierno militar a fines de los setenta, principios de los ochenta, la Guerra de Malvinas en abril del ochenta y dos, sumado al resurgimiento de la democracia hacia el ochenta y tres.

            Con referencia a la escuela secundaria, la particularidad que se deja reflejar es que era técnica (ENET Nº 3 – Rawson – San Juan ), de doble jornada y estructurada en tres tipos de actividades como fueron : Taller, educación física y el dictado de materias. En éste último punto es dónde, tengo que detallar algo muy importante en estrecha relación de la biología como contenido escolar, en la que destaco: que fue de relleno formativo, en la que conservo recuerdos vagos y pobres, pero la importancia relevante la adquiere la profesora, al no tener una buena formación y carecer de contenidos, es muy importante dejar muy en claro que, la materia solamente se dictaba durante el primer año de la carrera y no se volvía a retomar durante el resto de los cinco años de cursado. Más que nada se detecta que la biología, se rescata como conocimiento, no tiene un gran desarrollo ni tampoco es tenida en cuenta con una buena apreciación en la curricula escolar a tal punto que, éste sentido de la biología, determina en forma directa el clima de las escuelas técnicas hacia los profesores de biología que, a mi humilde forma de observar no sería uno de los mejores, lo que se torna en un gran desafío, sobre todo teniendo en cuenta mis propósitos como futuro docente de Las Ciencias Biológicas.     

                                                                                                        

Que hermosos años aquellos.

DE BIOLOGÍA DIRÍAMOS QUE  NADA  

            En primer lugar es mi intención poder reseñarles un poco mi ambiente familiar en la adolescencia. En Pocito, un departamento de San Juan, con una población de aproximadamente unos 45000 habitantes, dispersos entre la villa cabecera llamada Aberastain y el resto una zona rural, en la que yo vivía junto a mi familia.

            Ésta, estaba compuesta por papá: Amerco Alessi, mamá: Nidia Olivarez, junto a mis hermanas Silvia Beatriz y Miriam Susana. Papá, italiano y con primaria incompleta, lo único que supo hacer  fue labrar la tierra, mamá, ama de casa y supeditada  a todo lo que decía mi padre.

            Vivíamos en una zona netamente rural y gran parte de mi vida transcurrió en una casa que no cumplía con todas las comodidades posibles, ya que era de adobe, techos de caña, se acumulaba el agua en una pileta para luego extraerla mediante una bomba y así poderla tomar, sin embargo fue la mejor y donde transcurrí los mejores años de mi vida.

            A pesar de duros momentos que atravesó el país, hacia fines de la década del setenta y principios de los ochenta, éste salía de un oscuro y tumultuoso gobierno militar, en la que entre los hechos más importantes sobresalían la desaparición de más de treinta mil personas en todo el país, y en la que hoy, con un poco más de experiencia en la vida, me doy cuenta de la tesitura que había tomado mi familia y por ende adoptada por mí, como que las cosas le pasaban a otros y que nuestra premisa era no inmiscuirnos en hechos que a nosotros no nos llegaban o tocaban de cerca, pero lo que sí recuerdo, son la palabras como: desaparecidos, comunicado del estado mayor del ejercito, terroristas en Tucumán que atacaron un avión  en el que iba un hermano de mamá y que lo vi en su momento en muy mal estado, fueron palabras que en su mayoría llegaron a mi vía radio en el ambiente de trabajo rural.                 Con la intención de perpetuarse en el poder y tener a todos los Argentinos bajo sus órdenes, le sumaron uno de los hechos más irresponsables y atroces que los Argentinos hayamos conocido: la guerra contra Gran Bretaña, en la que un sin número de jóvenes argentinos, signados por la incapacidad e inexperiencia, sumado a las inclemencias climáticas reinantes en las Islas Malvinas sobre el mes de abril de mil novecientos ochenta y dos, fueron condimentos que signaron de un imborrable recuerdo a gran parte de todos los argentinos ente ellos yo. El sentido de argentinidad en aquellos momentos  exaltado a su máxima potencia, es lo primero que viene a mi mente, éramos los mejores, lo que nunca antes habíamos sido, el recuperar Malvinas nos hacía hombres participes necesarios para el país y por lo tanto debíamos servirle con creciente fervor patriótico, a tal punto que todo el que se signara como Argentino, debía dar algo a la causa y lo que me quedó fue la pregunta. ¿ Dónde  fue todo lo que nosotros los Argentinos dimos a la hora de colaborar con la gesta de Malvinas?

            Así y todo, el país se encaminaba hacia la tan ansiada democracia, diríamos que dentro de una gran incertidumbre y con una historia con peso negativo y realmente adversa, pero con el tiempo y el correr de los años, uno se da cuenta que es la mejor de todas las formas de gobierno, con todo lo que esto pueda significar, sobre todo pensando qué, ésta la hacemos todos juntos y con el esfuerzo que le sumamos todos  en cada momento.

            Con el correr de los años y el paso del tiempo mis padres me inculcaron que el trabajo del campo es muy duro y sobre todo que en éste hay que aguantar muchas cosas, entre ellas las inclemencias climáticas, en las que hay que soportar  los calores de cuarenta grados a la sombra  o el frío invierno en una plantación de tomates, las opciones no fuero de lo más variadas, consistían en trabajar en el campo o estudiar,y como escuela secundaria en las cercanías no había, hubo que en cierta forma emigrar a otro departamento llamado Rawson

            En éste departamento y con muchas ganas la ENET Nº 3, abría sus puertas  dos años antes, para recibir a una variada gama de alumnos en la que el común era ser repitentes y expulsados de otras escuelas de la provincia. Con solo un aula por año y con muy pocos recursos económicos  aportados por parte del estado, las comodidades eran mínimas pero las ganas de superación  y de aprender cada día un poco más eran enormes. Para llegar a la ENET, la distancia a recorrer era de aproximadamente unos quince kilómetros, pero no todo era  tan fácil, esa distancia se multiplicaba por cuatro, ya que tenía doble jornada, cuando en la mañana tenía teoría, las prácticas se llevaban a cabo por la tarde, a la que se le sumaba en ciertos días gimnasia.

            La escuela contaba con todos los tipos de incomodidades que uno se pueda imaginar, entre las que destaco los talleres a las ocho de la mañana que eran de lo más fríos  ya que se carecía de medios para calefaccionar y en el mejor de los casos, siempre permanecíamos vestidos de igual forma en que lo hacíamos a la intemperie, pero a ésta edad de la adolescencia todo se puede y todo se soporta, a la par de las ganas de aprender.

            De la materia Biología como contenido escolar mis recuerdos no son de los más lindos. Al ser una escuela técnica con orientación en construcciones, dicha materia era netamente de relleno y formativa de la carrera. A todos éstos recuerdos que son muy pocos y vagos, lo que más se imprentó en mi fueron las experiencias vividas con la docente, que no han sido  las más enriquecedoras que uno haya querido compartir, dado que carecía de una buena formación  y era muy poco interesada en cubrir todas nuestras expectativas, y si le sumaba el clima a la cual era sometida por parte del alumnado, éste no era de lo más aconsejable para aprender, aunque más no sea algo referido a la biología.

            Hoy  puedo decir qué, mis conocimientos referidos  a la biología los adquirí con el tiempo, pero siempre en estrecha relación con las tareas rurales que desempeñe con mi padre.

            A modo de conclusión la secundaria, no fue enriquecedora a nivel de contenidos y enseñanzas,  relacionadas estrictamente con la materia biología, pero si, que conté con mucha práctica y ejercicio en el campo trabajando junto a mi padre, como para que hoy puedan influenciar positivamente  la incorporación de nuevos conocimientos.        

            Imagen:Kusuma bike large.jpg

  

    

Cada día un paso.

                Mi nombre es Victor Daniel Alessi, curso el segundo año del profesorado de Biología ,tengo treinta y nueve años, soy casado, tengo dos hermosas hijas , una de ellas se llama María Belén y la otra Rocío Ailén, tiene cuatro años y medio la primera y tres años la segunda , son mis soles ,guiados por una hermosa mujer que se llama Gabriela Silva.Hacen dos años y medio que vivimos en Tunuyán y hasta el día de la fecha esámos muy conformes con el lugar y su gente, ya que gracias a dios, nos va muy bien.

 

 

         Para mí ser docente de biología hoy es: tratar de no quedarme y superarme día a día, es tratar de ver las cosas de otra manera, y, por que no, es una oportunidad, quizás la última para salir de la situación en la que me encuentro, en pocas palabras para un futuro mejor, y por que no decirlo, por mis hijas y un prospero futuro.

         La biología : si bien , es el estudio de los seres vivos, hoy para mí es el modo de pertenecer a los incluidos y de no sentirme excluido de sistema , o quizás el modo más económico de encaminar mí vida y por que no la de mi familia también.